sábado, 5 de junio de 2021

SOBRE EL DIVORCIO

 Mt. 19:3. ¿ES LÍCITO AL HOMBRE REPUDIAR A SU MUJER POR CUALQUIER CAUSA?" 

Entre los judíos se permitía que un hombre repudiase a su mujer por las ofensas más insignificantes, y ella quedaba en libertad para casarse otra vez.  Esta costumbre era causa de mucha desgracia y pecado.  En el Sermón del Monte, Jesús indicó claramente que el casamiento no podía disolverse, excepto por infidelidad a los votos matrimoniales.  "El que repudia a su mujer -dijo él-, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio".

Después, cuando los fariseos lo interrogaron acerca de la legalidad del divorcio, Jesús dirigió la atención de sus  57 oyentes hacia a institución del matrimonio conforme se ordenó en la creación del mundo. "Por la dureza de vuestro corazón -dijo, él- Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres: más al principio no fue así".  Se refirió a los días bienaventurados del Edén, cuando Dios declaró que todo "era bueno en gran manera". Entonces tuvieron su origen dos instituciones gemelas, para la gloria de Dios y en beneficio de la humanidad: el matrimonio y el sábado. Al unir Dios en matrimonio las manos de la santa pareja diciendo:

"Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne", * Génesis 1:31; 2:24. dictó a ley del matrimonio para todos los hijos de Adán hasta el fin del tiempo. Lo que el mismo Padre eterno había considerado bueno era una ley que reportaba la más elevada bendición y progreso para los hombres.

Como todas las demás excelentes dádivas que Dios confió a la custodia de la humanidad, el matrimonio fue pervertido por el pecado; pero el propósito del Evangelio es restablecer su pureza, y hermosura. Tanto en el Antiguo como en él Nuevo Testamento, se emplea el matrimonio para representar la unión tierna y sagrada que existe entre Cristo y su pueblo, los redimidos a quienes él adquirió al precio del Calvario. Dice: "No temas... porque tu marido tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado". "Convertíos, hijos rebelde , dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo". En el Cantar de los Cantares oímos decir a la voz de la novia: "Mi amado es mío, y yo suya". Y el "señalado entre diez mil" dice a su escogida: "Tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha".* Isaías 54:4, 5; Jeremías 3:14; Cantares 2:16; 5:10; 4:7.

Mucho después, Pablo, el apóstol, al escribir a los cristianos de Éfeso, declara que el Señor constituyó al marido cabeza de la mujer, como su protector y vínculo que une a los miembros de la familia, así como Cristo es la cabeza de la iglesia y el Salvador del cuerpo místico. Por eso dice: "Como la iglesia, está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí 58 mismo por ella, para santificarla, habiéndole purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a si mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.  Así también los maridos deben amar a sus mujeres". * Efesios 5:24-28

La gracia de Cristo, y sólo ella, puede hacer de esta institución lo que Dios deseaba que fuese: un medio de beneficiar y elevar a la humanidad.  Así las familias de la tierra, en su unidad, paz y amor, pueden representar a la familia de los cielos.

Ahora, como en el tiempo de Cristo, la condición de la sociedad merece un triste comentario, en contraste con el ideal del cielo para esta relación sagrada.  Sin embargo, aun a los que encontraron amargura y desengaño donde habían esperado compañerismo y gozo, el Evangelio de Cristo ofrece consuelo.  La paciencia y ternura que su Espíritu puede impartir endulzará la suerte más amarga.  El corazón en el cual mora Cristo estará tan henchido, tan satisfecho de su amor que no se consumirá con el deseo de atraer simpatía y atención a sí mismo.  

Si el alma se entrega a Dios, la sabiduría de él puede llevar a cabo lo que la capacidad humana no logra hacer.  Por la revelación de su gracia, los corazones que eran antes indiferentes o se habían enemistado pueden unirse con vínculos más fuertes y más duraderos que los de la tierra, los lazos de oro de un amor que resistirá cualquier prueba. DMJ 56-58

LA ESPIRITUALIDAD DE LA LEY*. 

Este Capítulo Está Basado En Mt. 5:17-48; 19:3-9.

https://elaguila3008.blogspot.com/2009/10/iii-la-espiritualidad-de-la-ley-el.html

Mt. 19:5. EL AMOR DEBE SER PROBADO. Vuestro afecto podrá ser tan claro como el cristal, arrobador en su pureza, y sin embargo, podría ser superficial por no haber sido probado.  Dad a 91 Cristo, en todas las cosas, el lugar primero, el último y el mejor.  Contempladle constantemente, y vuestro amor por él, en la medida en que sea probado, se hará cada día más profundo y más fuerte.  Y a medida que crezca vuestro amor por él, vuestro amor mutuo aumentará también en fuerza y profundidad.*

Aunque se susciten dificultades, congojas y desalientos, no abriguen jamás ni el marido ni la mujer el pensamiento de que su unión es un error o una decepción.  Resuélvase cada uno de ellos a ser para el otro cuanto le sea posible.  Sigan teniendo uno para con otro los miramientos que se tenían al principio.  Aliéntense uno a otro en las luchas de la vida.  Procure cada uno favorecer la felicidad del otro.  Haya entre ellos amor mutuo y sopórtense uno a otro.  Entonces el casamiento, en vez de ser la terminación del amor, será más bien su verdadero comienzo.  El calor de la verdadera amistad, el amor que une un corazón al otro, es sabor anticipado de los goces del cielo.*

Todos deben cultivar la paciencia practicándola. Al ser uno bondadoso y tolerante, puede mantener ardiente el amor en el corazón, y se desarrollarán en él cualidades que el Cielo aprobará.*

EL ENEMIGO PROCURARÁ SEPARARLOS.- Satanás está siempre listo para obtener ventajas cuando se presenta cualquier divergencia, y al influir sobre los rasgos de carácter, censurables hereditarios que haya, en el esposo o la esposa, procurará enajenar a quienes unieron sus intereses en un pacto solemne delante de Dios.  Por sus votos matrimoniales prometieron ser como uno solo, al convenir la esposa en amar y obedecer a su esposo, y éste en amarla a ella y protegerla.  Si ambos obedecen a la ley de Dios, el demonio de la disensión se mantendrá alejado de la familia, y no habrá división de intereses, ni se permitirá enajenamiento alguno de los afectos.* HAD 91

* Mt. 19:8. 56. EL DIVORCIO.

ES UN CONTRATO PARA TODA LA VIDA.- En las mentes juveniles el matrimonio está revestido de romanticismo y es difícil despojarlo de ese carácter que le presta la imaginación, para hacer que la mente comprenda cuán pesadas responsabilidades entraña el voto matrimonial.  Liga los destinos de dos personas con vínculos que sólo la muerte puede cortar.* Todo compromiso matrimonial debe ser considerado cuidadosamente, pues el casamiento es un paso que se da toda la vida.  Tanto el hombre como la mujer deben considerar cuidadosamente si pueden mantenerse unidos a través de las vicisitudes de la existencia mientras ambos vivan.*

JESÚS CORRIGIÓ FALSOS CONCEPTOS.- Entre los judíos se permitía que un hombre repudiase a su mujer por las ofensas más insignificantes, y ella quedaba en libertad para casarse otra vez.  Esta costumbre era causa de mucha desgracia y pecado. En el sermón del monte, Jesús indicó claramente que el casamiento no podía disolverse, excepto por infidelidad a los votos matrimoniales.  "El que repudiare a su mujer -dijo él,- fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio." Después cuando los fariseos le preguntaron acerca de la legalidad del divorcio, Jesús habló a los oyentes de la institución del matrimonio, conforme se ordenó en la creación del mundo.  "Por la dureza de vuestro corazón -dijo él- Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres: más al principio no fue así." Se 310 refirió a los días bienaventurados del Edén, cuando Dios declaró que todo "era bueno en gran manera." Entonces tuvieron su origen dos instituciones gemelas para la gloria de Dios en beneficio de la humanidad: el matrimonio y el sábado.  Al unir Dios en matrimonio las manos de la santa pareja diciendo: "Dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse ha a su mujer, y serán una sola carne," dictó la ley del matrimonio para todos los hijos de Adán hasta el fin del tiempo.  Lo que el mismo Padre eterno había considerado bueno, era la ley de la más elevada bendición y progreso para los hombres.*

Jesús vino a nuestro mundo para rectificar errores y restaurar la imagen moral de Dios en el hombre.  En la mente de los maestros de Israel habían hallado cabida sentimientos erróneos acerca del matrimonio.  Ellos estaban anulando la sagrada institución del matrimonio.  El hombre estaba endureciendo de tal manera su corazón que por la excusa más trivial se separaba de su esposa, o si prefería, la separaba a ella de los hijos y la despedía.  Esto era considerado como un gran oprobio y a menudo imponía a la repudiada, sufrimientos agudísimos. Cristo vino para corregir estos males, y cumplió su primer milagro en ocasión de un casamiento.  Anunció así al mundo que cuando el matrimonio se mantiene puro y sin contaminación es una institución sagrada.*

CONSEJOS A QUIEN PENSABA DIVORCIARSE.- Vd. ha tenido ideas erróneas acerca de la relación matrimonial.  Nada que no sea la violación del lecho matrimonial puede romper o anular el voto del casamiento. Estamos viviendo en tiempos peligrosos, cuando no hay seguridad en nada que no sea una fe firme e inquebrantable en Jesucristo.  No hay corazón que las artimañas de Satanás no puedan enajenar de Dios, si no vela en oración.

La salud de Vd. habría sido mucho mejor si su espíritu hubiese gozado de paz y descanso; pero se confundió y 311 desequilibró, y razonó incorrectamente con respecto al divorcio.  Sus opiniones no pueden sostenerse sobre la base de la cual parte su raciocinio.  Los hombres no están libres para crear su propia norma, a fin de evitar la ley de Dios y agradar a su propia inclinación.  Deben acudir a la gran norma de justicia establecida por Dios....

Dios indicó una sola causa por la cual una esposa pueda abandonar a su esposo, o éste pueda dejarla a ella, y fue el adulterio.  Esta causa debe considerarse con oración.*

CONSEJOS A UNA PAREJA SEPARADA.- Hermano mío, hermana mía, desde hace algún tiempo no habéis estado viviendo juntos.  No debierais haber adoptado tal proceder y no lo habríais hecho si hubieseis cultivado la paciencia, la bondad y la tolerancia que siempre debieran existir entre los esposos.

Ni uno ni otro debiera haber ensalzado su propia voluntad ni haber procurado cumplir a toda costa sus ideas y planes individuales.  Ni uno ni otro debiera haber resuelto obrar como le agradase.  Permitid que la subyugadora influencia del Espíritu de Dios obre en vuestros corazones y os haga idóneos para la obra de educar a vuestros hijos....

Suplicad a vuestro Padre celestial que os guarde de ceder a la tentación de hablar el uno al otro de una manera dura y voluntariosa.  Cada uno de vosotros tiene un carácter imperfecto.  Por el hecho de que no os mantuvisteis bajo la dirección de Dios, la conducta del uno hacia el otro resultó imprudente.

Os ruego que os pongáis bajo la dirección de Dios.  Cuando estéis tentados a hablar con provocación, no digáis una sola palabra.  Seréis tentados al respecto porque nunca habéis vencido este rasgo censurable del carácter.  Pero todo mal hábito debe ser vencido.  Entregaos completamente a Dios.  Caed sobre la Roca, Cristo Jesús, y sed quebrantados.  Como esposos, disciplinaos a vosotros mismos.  Acudid a Cristo en 312 busca de ayuda.  Él os concederá gustosamente su simpatía divina, su libre gracia....

Arrepentíos delante de Dios por vuestra conducta pasada.  Llegad a un entendimiento, y reuníos como esposos.  Desechad la experiencia desagradable de vuestra vida pasada.  Cobrad ánimo en el Señor.  Cerrad las ventanas del alma que dan hacia la tierra, y abrid las que dan hacia el cielo.  Si eleváis vuestras voces en oración al cielo para pedirle luz, el Señor Jesús, que es luz y vida, paz y gozo, oirá vuestro clamor.  El, que es el Sol de justicia, resplandecerá en las cámaras de vuestra mente, e iluminará el templo del alma.  Si recibís gustosos el sol de su presencia en vuestro hogar, no pronunciaréis palabras de índole tal que provoquen sentimientos desdichados.*

A UNA ESPOSA MUY MALTRATADA.- Recibí su carta y en respuesta quiero decirle que no puedo aconsejarle que vuelva al lado de D., a menos que vea en él cambios decisivos.  No agradan al Señor las ideas que él ha albergado en lo pasado acerca de lo debido a una esposa.... Si él se aferra a sus opiniones anteriores, el futuro no sería mejor para Vd. de lo que fue el pasado.  Él no sabe cómo debe tratar a su esposa.

Estoy muy triste al respecto.  Me compadezco de D., pero no puedo aconsejarle que se reúna con él contra lo que le dicte a Vd. su propio criterio.  Le hablo a Vd. tan francamente como le hablé a él; sería peligroso para Vd. volver a colocarse bajo sus dictados.  Yo esperaba que cambiaría....

El Señor comprende todo lo que le sucede. . . . Tenga buen ánimo en el Señor; él no la dejará ni la abandonará.  La más tierna simpatía hacia Vd. conmueve mi corazón.*

A UN ESPOSO ABANDONADO: "LLEVE SU CRUZ."- No puedo ver qué más se puede hacer en este caso, y pienso que lo único posible para Vd. es renunciar a su esposa.  Si ella está así resuelta a no vivir con Vd., al intentarlo, ambos llevarían la existencia más miserable.  En vista de que ella decidió plena 313 y resueltamente su suerte, lo único que Vd. puede hacer es cargar su cruz y demostrar que es un hombre.*

A LA VISTA DE DIOS SIGUEN CASADOS, AUNQUE DIVORCIADOS.- Una mujer puede estar legalmente divorciada de su esposo por las leyes del país y sin embargo no estar divorciada a la vista de Dios ni según la ley superior.  Sólo un pecado, que es el adulterio, puede colocar al esposo o a la esposa en situación de verse libre del voto matrimonial a la vista de Dios.  Aunque las leyes del país concedan un divorcio, los cónyuges siguen siendo marido y mujer de acuerdo con la Biblia y las leyes de Dios. Vi que la Hna. ---- no tiene todavía derecho a casarse con otro hombre; pero si ella, o cualquier otra mujer, obtuviese legalmente el divorcio porque su esposo se hizo culpable de adulterio, entonces quedaría libre para casarse con quien quisiera.*

SEPARACIÓN DE UN CÓNYUGE INCRÉDULO.- Si la esposa es incrédula y opositora, el esposo no puede, según la ley de Dios, repudiarla por esa sola causa.  Para estar en armonía con la ley de Jehová, debe permanecer con ella hasta que ella misma decida apartarse.  Sufrirá él tal vez oposición, opresión y molestias de muchas clases; hallará consuelo, fortaleza y apoyo en Dios, quien puede dar gracia para toda emergencia.  Debe ser hombre de ánimo puro, de principios firmes y decididos, y Dios le dará sabiduría acerca de la conducta que deba seguir.  Su razón no será dominada por los impulsos, sino que sostendrá las riendas del control con mano firme, para mantener sujeta la concupiscencia.*

CAMBIE DE DISPOSICIÓN ANTES QUE DE ESTADO.- He recibido una carta de su esposo.  Quiero decirle que hay un solo motivo por el cual un esposo puede separarse legalmente de su esposa, o una esposa de su esposo, y este motivo es el adulterio. Si vuestros temperamentos no congenian, ¿no glorificaríais a Dios cambiando dichos temperamentos? 314

Una pareja de cónyuges debe cultivar el respeto y el afecto mutuos.  Deben velar acerca de su espíritu, sus palabras y sus actos, a fin de no decir ni hacer nada que cause irritación o molestia.  Cada uno debe preocuparse por el otro, y hacer cuanto esté a su alcance para fortalecer su afecto mutuo.

Os aconsejo a ambos que busquéis al Señor.  Con amor y bondad, cumplid vuestro deber el uno para con el otro.  El esposo debe cultivar hábitos de laboriosidad, y hacer cuanto pueda para sostener a la familia.  Esto inducirá a la esposa a tenerle respeto.... Hermana mía, Vd. no puede agradar a Dios conservando su actitud actual.  Perdone a su esposo.  Es su marido, y será bendecida si procura ser una esposa obediente y afectuosa.  Expresen sus labios la ley de la bondad.  Vd. puede y debe cambiar de actitud.*

Ambos debéis estudiar para ver cómo podéis asemejaros el uno al otro, en vez de diferir.... El empleo de métodos benignos y amables producirá una diferencia sorprendente en vuestra vida.*

EL DIVORCIO Y LA CONDICIÓN DE MIEMBRO DE LA IGLESIA.- Acerca del caso de la hermana perjudicada, A. G., queremos decir en respuesta a las preguntas de ---- que entre la mayoría de los sorprendidos en pecado, como ha sucedido con el esposo de ella, es característico que no tengan un verdadero sentido de su infamia.  Sin embargo, algunos lo tienen y vuelven a la iglesia, pero no son recibidos hasta que hayan merecido la confianza del pueblo de Dios por sus confesiones francas y un plazo de arrepentimiento sincero.  Este caso presenta dificultades que no se encuentran en algunos otros, y sólo quisiéramos añadir lo siguiente:

1. En casos de violación del séptimo mandamiento, cuando la parte culpable no manifiesta verdadero arrepentimiento y la parte perjudicada puede obtener un divorcio sin empeorar su propio caso y el de sus hijos, si los tienen, deben quedar libres. 315

2. Si se expone a colocarse a sí misma y a sus hijos en peor condición por causa del divorcio, no conocemos pasaje bíblico que declare a la parte inocente culpable por no separarse.

3. Podría suceder que, con tiempo, trabajo, oración, paciencia, fe y una vida piadosa, se obtuviera una reforma.  Vivir con quien violó los votos matrimoniales y se cubrió de oprobio por un amor culpable, pero no lo reconoce, es como un cáncer roedor para el alma; y sin embargo el divorcio es como una llaga en el corazón para toda la vida.¡ Dios se compadezca de la parte inocentes! Antes de contraer matrimonio, éste debe considerarse con mucho cuidado.

4. ¡Oh!¿ Por qué será que hombres y mujeres que podrían ser respetables y buenos, y al fin llegar al cielo, se venden al diablo por tan poca cosa, hieren a sus amigos íntimos, deshonran a sus familias, ocasionan oprobio para la causa, y al fin bajan al infierno? ¡Dios se compadezca de ellos!¿ Por qué será que los sobrecogidos en culpa tal no manifiestan un arrepentimiento proporcional a su falta, no quieren huir a Cristo en busca de su misericordia ni curar, en la medida en que pueden hacerlo, las heridas que han ocasionado? HAd 309-315


jueves, 27 de mayo de 2021

SOBRE LA POSESIÓN DE MALOS ESPIRITUS

Para algunas personas resulta muy difícil aceptar que los malos espíritus, o demonios, puedan posesionarse de los seres humanos. Por eso atribuyen los fenómenos de lo que la Biblia llama posesión demoníaca a causas naturales, especialmente a diversas enfermedades físicas y nerviosas, tales como epilepsia y locura. 

Otros, que aceptan como reales las 563 afirmaciones de los Evangelios acerca de la posesión demoníaca, no siempre han tomado en cuenta la naturaleza y la relación de las enfermedades físicas y nerviosas acompañantes. En esta nota se procurará explicar el problema en lo que concierne tanto al dominio satánico de las vidas de todos los impíos en general, como al sentido más restringido de posesión demoníaca, con sus manifestaciones somáticas y psíquicas acompañantes.

EL DOMINIO DEL ESPÍRITU SANTO.- Por medio de la obra del Espíritu Santo (1Cor. 3: 16; 6: 19; 2 Cor. 6: 16; Efe. 2: 22) Cristo mora en la mente de aquellos que, por su propia y libre elección, desean servirle (2 Cor. 5: 14; Gál. 2: 20; Col. 1: 27; etc.; cf. DMJ 142-143). 

A medida que, mediante la cooperación de ellos, Cristo obra en sus vidas tanto el querer como el hacer por su buena voluntad (Fil. 2: 13), predomina un poder que proviene de lo alto y que coloca las tendencias naturales en armonía con los principios divinos (Rom. 8: 29; Gál. 5: 22-23; 2 Tes. 2: 14). Sólo los que así entregan el dominio de su mente a Dios, en todo el sentido de la palabra, pueden tener una "mente sana" y disfrutar de una estabilidad mental y emotiva completa y verdadera (ver 2 Tim. 1: 7; cf. Isa. 26: 3-4). Nadie que elige el servicio de Dios será dejado a merced del poder de Satanás (M(, 61-62; cf. DTG 23). Fortalecidos por el poder divino, se vuelven invulnerables contra los ataques de Satanás (DTG 179, 291).

EL DOMINIO DE UN ESPÍRITU MALO.- Por otro lado, todos los que rechazan la verdad, o la desprecian, demuestran que obedecen al maligno (MC 61; DTG 289, 308). Los que persistentemente rehusan obedecer las insinuaciones del Espíritu Santo, o las descuidan entregándose, en cambio, al dominio de Satanás, desarrollan un carácter que cada vez se parece más al del maligno (Juan 8: 34, 41, 44; DTG 304, 396). 

La conciencia y la facultad de elección establecen un molde de conducta basado en los principios de Satanás (ver Rom. 6: 12-16; DTG 221). A medida que los hombres así se separan progresivamente de la influencia y del dominio del Espíritu Santo (ver Efe. 4: 30; com. Exo. 4: 21), finalmente se encuentran del todo a merced del diablo (ver DTG 221, 290-291; cf. 601, 645; Juan 6: 70). Retenidos firmemente por una voluntad más fuerte que la de ellos, por sí mismos no pueden escapar del poder del maligno (MC 62). Automáticamente piensan y proceden como Satanás les ordena. Cada vez que la Inspiración hace resaltar la causa, declara que la posesión demoníaca es el resultado de una vida mala (DTG 221). 

La fascinante carrera de placeres mundanos termina en las tinieblas de la desesperación o en "la locura de un alma arruinada" (DTG 222).

GRADOS DE DOMINIO DEMONÍACO.- El proceso de la formación del carácter es gradual, y, por lo tanto, hay grados de dominio o posesión, ya sea del Espíritu Santo o de los malos espíritus (Rom. 12: 2). Todos los que no se entregan sin reservas para que el Espíritu Santo more en ellos, están, en mayor o menor grado, bajo el dominio -en la posesión- de Satanás (ver Luc. 11: 23; Rom. 6: 12-16; 2 Ped. 2: 18-19; DTG 291, 308). Todo lo que no esté en armonía con la voluntad de Dios -todo intento de perjudicar a otros, cada manifestación de egoísmo, cada intento de fomentar principios erróneos- en cierto sentido de la palabra, es una prueba de dominio o posesión del demonio (DTG 213, 308). Cada vez que hay una entrega al mal, el resultado es un cuerpo debilitado, una mente más oscurecida, un alma más degradada (DTG 308). 

Con todo, en cada punto del proceso de su formación "el carácter se da a conocer, no por las obras buenas o malas que de vez en cuando se ejecuten, sino por la tendencia de las palabras y de los actos habituales de la vida diaria" (CC 58). 

De modo que la principal diferencia entre los que responden en forma ocasional y los que responden habitualmente a las insinuaciones de Satanás es una diferencia de grado y no de clase. La vida del rey Saúl es un ejemplo claro de lo que sucede a quienes se someten al dominio de los demonios (1 Sam. 13: 8-14; 15: 10-35; 16: 14-23; 28: 1-25; PP 733-736).

FORMAS DE DOMINIO DEMONÍACO.- No sólo varía el grado de dominio o de posesión del demonio, sino también la forma en que se manifiesta. A veces Satanás puede llevar a cabo sus siniestros propósitos más eficazmente permitiendo que su víctima retenga sus actividades mentales y físicas bastante intactas y simule piedad. Otras veces, el diablo pervierte la mente y el cuerpo y conduce a la víctima a senderos manifiestamente indignos y malos. 

Los que sólo están parcialmente bajo el dominio de los demonios, o que no manifiestan síntomas que generalmente se relacionan con la posesión demoníaca, con frecuencia son más útiles para el príncipe del 564mal que aquellos que más claramente están bajo su dominio. 

El mismo espíritu malo que poseía al endemoniado de Capernaúm también dominaba a los Judíos descreídos (ver Juan 8: 44; DTG 221; cf. 290, 671, 695-696, 708). judas estuvo "poseído" por el diablo en una forma similar (ver DTG 260, 601; Luc. 22: 3; Juan 6: 70-71; 13: 27; cf. Mat. 16: 23). En casos como éstos, la diferencia principalmente radica en la forma en que los demonios manifiestan su presencia y su poder.

POSESIÓN DEMONÍACA Y EL SISTEMA NERVIOSO HUMANO. Cualquiera sea el grado o cualquiera sea la forma en que los demonios logran el dominio sobre un ser humano, lo hacen mediante el sistema nervioso. Mediante las facultades superiores de la mente -la conciencia, el poder de elección y la voluntad- Satanás toma posesión de la persona. Mediante el sistema nervioso el maligno ejerce dominio sobre sus súbditos. 

La posesión demoníaca no puede realizarse a menos que sea por el sistema nervioso, pues mediante él Satanás tiene acceso a la mente y a su vez domina el cuerpo (cf. Luc. 8: 2; DTG 521). 

Puesto que el sistema nervioso mismo es la primera parte del ser que es afectada por la posesión demoníaca, algunas veces se ven en la persona diferentes afecciones nerviosas, desde un simple nerviosismo hasta la demencia total. Tales males, con frecuencia, son el resultado de entregarse, en una forma u otra, a la influencia y a las sugestiones de Satanás. Sin embargo, las enfermedades del sistema nervioso no acompañan necesariamente la posesión demoníaca, ni son necesariamente una señal de una posesión tal, como tampoco lo son la sordera y la mudez, las que, a veces también acompañan a la posesión demoníaca.

Cada caso de posesión demoníaca descrito en El Deseado de todas las gentes es presentado específicamente con implicación de alguna forma de desorden mental que popularmente se describe como locura, y se destaca que esa condición es el resultado de la posesión demoníaca. Por ejemplo, se describe al hombre poseído por el demonio en la sinagoga de Capernaúm como "loco" y su aflicción como "locura" (DTG 220-221). También se habla de los endemoniados de Gadara como de "locos" y "desaforados" y se dice que sus mentes estaban "extraviadas" (DTG 304; CS 568). 

Al pie del monte de la transfiguración estaba un muchacho poseído del demonio. De él sólo se dice que era "endemoniado" (DTG 396; Mar. 9:18). Los síntomas que se mencionan específicamente son contorsiones del rostro, alaridos, mutilaciones del cuerpo, ojos que despiden como chispas, crujir de dientes, espuma en la boca y convulsiones (Mar. 1: 26; 9: 18-26; Luc. 4: 35; 8: 29; DTG 221, 303, 396). 

En cada caso, la expulsión de los malos espíritus fue acompañada por un cambio instantáneo y evidente. Hubo una restauración del equilibrio mental y de la salud física en lo que habían sido afectados; volvió la inteligencia (DTG 221, 304), los afligidos se vistieron nuevamente y volvieron en sí (Mar. 5: 15; Luc. 8: 35; DTG 304), y la razón les fue restaurada (DTG 396, 521).

El caso del muchacho poseído del demonio, de Mar. 9: 14-29, merece atención especial. La descripción que se hace del episodio se parece notablemente a una convulsión epiléptica (vers. 18- 20). Pero afirmar que sencillamente se trataba de epilepsia, es rechazar las claras afirmaciones de las Escrituras de que el muchacho era un poseído del demonio. Los escritores de los Evangelios son igualmente explícitos al describir un caso de lo que ciertamente parece ser epilepsia y atribuirlo a posesión demoníaca.

LA POSESIÓN DEMONÍACA Y LAS DOLENCIAS FÍSICAS.- En ciertos casos de posesión demoníaca también había dolencias físicas acompañantes, de una clase o de otra (ver Mat. 9: 32; 12: 22; Mar. 9: 17). Es digno de notar que las dolencias físicas específicamente mencionadas -ceguera y mudez- parecen haber estado relacionadas con los nervios sensoriales y motores de las partes afectadas. Otros males físicos quizá también fueron el resultado de posesión demoníaca. Los que se entregaban, en mayor o menor grado, a la influencia y al dominio de Satanás, pensaban y vivían de una manera tal como para depravar el cuerpo, la mente y el alma (DTG 221, 308; etc.).

SEÑALES DISTINTIVAS DE POSESIÓN DEMONÍACA.- Hasta donde lo ha indicado la Inspiración, las diversas manifestaciones de dolencias físicas y mentales que indicaban posesión demoníaca, en sí mismas y por sí mismas, no eran diferentes de manifestaciones similares atribuibles a causas naturales. Indudablemente, la diferencia no estaba en los síntomas nerviosos y físicos manifestados, sino en el instrumento que los causaba. La Inspiración atribuye esos síntomas a la presencia directa y a la obra de los malos espíritus (CS 568). 565 Pero en sí mismas y por sí mismas las diversas dolencias físicas y mentales no constituían lo que los Evangelios describen como posesión demoníaca. Eran el resultado de la posesión demoníaca.

Sin duda, la creencia popular identificaba los resultados de la posesión demoníaca con la posesión demoníaca misma. Pero el argumento de que, debido a su ignorancia, los escritores de los Evangelios atribuyeron equivocadamente diversas dolencias físicas y nerviosas a la obra de los malos espíritus es rebatido, porque ellos claramente distinguían entre los males comunes corporales por un lado y la posesión demoníaca por el otro (Mat. 4: 24; Luc. 6: 17-18; 7: 21; 8: 2). 

La realidad de la posesión demoníaca también es confirmada por el hecho de que Cristo se dirigía a los demonios como a demonios, y los demonios le respondían como demonios por intermedio de sus desventuradas víctimas (Mar. 1: 23-24; 3: 11-12; 5: 7, etc.). Reconociendo la divinidad de Cristo y el juicio final -hechos que entonces no eran entendidos por la gente en general- los demonios demostraban un conocimiento sobrenatural (Mat. 8: 29; Mar. 1: 24; 3: 11-12; 5: 7; etc.).

Es razonable concluir que la posesión demoníaca, aunque frecuentemente acompañada por dolencias nerviosas o físicas, exhibía sus propios síntomas característicos, pero las Escrituras no dicen cuáles pueden haber sido esos síntomas.

POR QUÉ ERA COMÚN LA POSESIÓN DEMONÍACA.- Es evidente que la posesión demoníaca, en el sentido restringido de los escritores de los Evangelios, era muy común durante el tiempo del ministerio personal de Cristo en la tierra (DTG 222). Quizá durante un tiempo Dios dio a Satanás mayor libertad para que demostrara los resultados de su dominio personal de los seres humanos que voluntariamente elegían servirle. En el monte de la transfiguración los discípulos contemplaron la humanidad transfigurada a la imagen de Dios, y al pie de la montaña a la humanidad degradada a la semejanza de Satanás (DTG 396).

Durante siglos, el diablo había estado procurando el dominio irrestricto de los cuerpos y las almas de los hombres, a fin de afligirles con pecados y sufrimientos y destruirlos finalmente (DTG 222; PP 744). De modo que, cuando apareció nuestro Señor caminando como un hombre entre los hombres, "los cuerpos de los seres humanos, hechos para ser morada de Dios, habían llegado a ser habitación de demonios. Los sentidos, los nervios, las pasiones, los órganos de los hombres, eran movidos por agentes sobrenaturales en la complacencia de la concupiscencia más vil. La misma estampa de los demonios estaba grabada en los rostros de los hombres" (DTG 27). 

Aun la semejanza de la humanidad parecía haber sido borrada de muchos rostros humanos que, en cambio, reflejaban la expresión de las legiones de demonios de los cuales eran posesos (cf. Luc. 8: 27; DTG 303; CS 568). En una forma muy real, la posesión demoníaca representa los abismos de degradación a los cuales descienden quienes responden a Satanás, e ilustra gráficamente aquello en que finalmente se convertirán, cuando se entreguen plenamente al dominio satánico, todos los que rechazan la misericordia de Dios (DTG 308). 5CBA/Nota Adicional De Marcos 1 

MHP 


miércoles, 13 de enero de 2021

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA CONSTRUIR SÓLIDAMENTE

Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado.

Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz; y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto. Ezequiel 13:10; 22:28. 

Paz. Comparar con Jer. 6: 14; 23: 17; Miq. 3: 5; Zac. 10: 2. Los falsos profetas adormecían a la gente con la idea de una falsa seguridad y lograban así anestesiar su conciencia. Por otra parte, los verdaderos mensajeros de Dios no halagan al pecador. No tienen un mensaje de paz para adormecer al que no ha sido santificado para que caiga en una falsa seguridad. Tienen el deber de despertar la conciencia del impío hasta que el alma angustiada exclame: "¿Qué debo hacer para ser salvo?" (Hech. 16: 30). Ver com. Jer. 6: 14.

Lado suelto. Heb. tafel, "revoque de barro" o "revoque de cal". La figura debe entenderse de la siguiente forma: Se ha construido una débil pared interior o tabique. Los falsos profetas la blanquearon, mejorando así su apariencia, pero sin darle mayor fuerza. Los dirigentes y el pueblo inventaron varios esquemas, tales como la alianza con Egipto (Jer. 37: 5, 7), y los que se consideraban a sí mismos como profetas les dieron importancia con su influencia y su persuasión.

Se observa un paralelo notable con lo que ocurre hoy en el mundo religioso. Se han introducido en la fe cristiana muchas doctrinas falsas que no encuentran apoyo en la Palabra de Dios. Estas doctrinas tienen sus raíces en la tradición, y detrás de la tradición, su origen muchas veces puede hallarse en prácticas y conceptos paganos. 

En vez de abandonar toda creencia que no se funda en las Sagradas Escrituras, los hombres emplean enormes cantidades de energía en "blanquear" esos débiles conceptos a fin de que sean más plausibles. 

Un ejemplo notable de esto es el esfuerzo que se ha realizado para conseguir pruebas bíblicas que apoyen la observancia del domingo. La mayoría de los cristianos guardan un día cuya observancia no se ordena en la Biblia. Razonan que esto debe ser correcto, puesto que la iglesia cristiana por siglos ha estado siguiendo esta práctica. Pasan por alto la evidencia clara que señala al séptimo día de la semana como verdadero día de reposo y tuercen otros pasajes bíblicos a fin de prestar apoyo al primer día de la semana. 

El resultado de todo esto será igual a lo que les sucedió a los constructores y blanqueadores de la pared de Ezequiel (Eze. 13: 12-16).

*En el mundo religioso hay quienes apoyan casi cualquier tipo de creencia. Hay varias reglas importantes que pueden ayudar hoy a los hombres a distinguir entre lo que es "lodo suelto" y lo que es genuino. 

Estas Reglas deberían emplearse para probar a cualquiera que pretenda basarse en la Biblia. También sirven como sistema para dirigir la investigación bíblica, a fin de que no se llegue a conclusiones erróneas.

1. La Biblia siempre debería estudiarse con oración. Sólo el Espíritu Santo puede ayudarnos a ver la importancia de aquellas cosas que son fáciles de entender, y hacer que no torzamos aquellas verdades que son difíciles de entender (ver CS 657-658).  Además, las cosas espirituales se disciernen espiritualmente (1 Cor. 2:14). Por lo tanto, una persona que no tiene el Espíritu de Dios no puede entender las cosas divinas. La práctica correcta de la oración colocará a una persona en condiciones de recibir la verdad divina.

2. La persona debe estar lista a seguir la luz revelada (Juan 7: 17). Las verdades divinas no son dadas en forma confusa, ambigua, para que los hombres las pisoteen. Dios reserva la comprensión de sus mensajes para quienes estén dispuestos a caminar en la luz que ilumina sus mentes. El negarse obstinadamente a andar en esta luz cierra la puerta a una mayor comprensión de la verdad divina.

3. La Biblia debe interpretarse en concordancia con ella misma. Cuando se la entiende correctamente, la Biblia no se contradice. Si una conclusión sacada de un pasaje bíblico contradice a otro pasaje del mismo libro, debe decirse que esa conclusión es falsa. Muchas veces se le puede dar varias interpretaciones a un versículo o a un pasaje, cuando se lo considera en forma aislada. En tal caso, debe aceptarse la conclusión que esté en completa armonía con toda la Biblia.

4. La Biblia debe interpretarse a la luz de su contexto. El estudiante debería tornar cuidadosamente en cuenta el contexto del pasaje que está considerando para saber de qué estaba hablando el autor. Deberá limitar su aplicación a los límites puestos por el autor. Por ejemplo, cuando Pablo dice: "Todo me es lícito" (1 Cor. 6: 12), esa declaración, tomada en forma aislada, podría interpretarse en el sentido de que Pablo afirma aquí que era un libertino. Pero el contexto señala que está hablando de que era lícito comer carnes sacrificadas a ídolos.  Nadie tiene el derecho de aplicar la palabra "todo" más allá de lo que Pablo tenía en cuenta cuando hizo esta afirmación.

5. Debe permitirse que la Biblia sea su propio intérprete. Con frecuencia, el Espíritu Santo no interpreta inmediatamente el símbolo que emplean las Escrituras, pero se espera que en otro pasaje el mismo Espíritu explicara el lenguaje difícil de comprender.  Y así ocurre. Podría añadirse que, cuando no se presenta esta explicación adicional, cualquier intento que hagan los hombres por interpretar estos símbolos, en el mejor de los casos sólo puede considerarse como una conjetura.

En resumen, el procedimiento correcto para descubrir lo que la Biblia enseña sobre cualquier tema es tomar todo lo que la Biblia dice en cuanto a ese tema antes de llegar a conclusión alguna. La consideración del tema en todos sus alcances impide que el intérprete salga por una tangente de interpretación que no sea bíblica. 4CBA/MHP