martes, 1 de agosto de 2023

43. “NUESTRA GRAN NECESIDAD ES LA SANTIDAD BÍBLICA”

A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. Colosenses 1:27.

A los que se sienten seguros por causa de sus progresos y se creen ricos en conocimiento espiritual, les cuesta recibir el mensaje [a los laodicenses] que declara que están engañados y necesitan toda gracia espiritual.

El corazón que no ha sido santificado es engañoso “más que todas las cosas y perverso”. Jeremías 17:9.

Se me mostró que muchos se ilusionan creyéndose buenos cristianos, aunque no tienen un solo rayo de la luz de Jesús. No tienen una viva experiencia personal en la vida divina. Necesitan humillarse profunda y cabalmente delante de Dios antes de sentir su verdadera necesidad de realizar esfuerzos fervientes y perseverantes para obtener los preciosos dones del Espíritu.

Dios conduce a su pueblo paso a paso. La vida cristiana es una constante batalla y una marcha. No hay descanso de la lucha. Es mediante esfuerzos constantes e incesantes como nos mantenemos victoriosos sobre las tentaciones de Satanás. Como pueblo, estamos triunfando en la claridad y fuerza de la verdad. Somos plenamente sostenidos en nuestra posición por una abrumadora cantidad de claros testimonios bíblicos.

Pero somos muy deficientes en humildad, paciencia, fe, amor, abnegación, vigilancia y espíritu de sacrificio según la Biblia.

El pecado prevalece entre el pueblo de Dios. El claro mensaje de reprensión enviado a los laodicenses no es recibido.

Muchos se aferran a sus dudas y pecados predilectos, a la par que están tan engañados que hablan y sienten como si nada necesitasen. Piensan que es innecesario el testimonio de reproche del Espíritu de Dios, o que no se refiere a ellos.

Los tales se hallan en la mayor necesidad de la gracia de Dios y de discernimiento espiritual para poder descubrir su falta de conocimiento espiritual.

Les falta casi toda cualidad necesaria para perfeccionar un carácter cristiano. No tienen el conocimiento práctico de la verdad bíblica que induce a la humildad en la vida y a conformar la voluntad a la de Cristo. No viven obedeciendo todos los requerimientos de Dios.

No es suficiente el simple hecho de profesar creer la verdad. Todos los soldados de la cruz de Cristo se obligan virtualmente a entrar en la cruzada contra el adversario de las almas, a condenar lo malo y sostener la justicia.

Pero el mensaje del Testigo Fiel revela el hecho de que nuestro pueblo está sumido en un terrible engaño, que impone la necesidad de amonestarlo para que interrumpa su sueño espiritual y se levante a cumplir una acción decidida.

Joyas de los Testimonios 1:328,329. [203]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=FmZx2UVWV8Y&list=PLVsLdOIe7sVuqBK7knBxrpMMcC5a7_UrF&index=14&pp=gAQBiAQB


42. “MOSTRAMOS AMOR DIVINO AL SER MISERICORDIOSOS”

Más la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos; Sobre los que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra. Salmo 103:17,18.

La misericordia es un atributo que el agente humano puede compartir con Dios.

Como Cristo lo hizo, así también uno puede asirse del brazo divino y estar en comunión con el poder divino. Nos ha sido señalado un servicio de misericordia que realizar por nuestros semejantes. Al cumplir dicho servicio, estamos trabajando juntamente con Dios. Por lo tanto, hacemos bien en ser misericordiosos así como nuestro Padre en los cielos es misericordioso.

Dios dice: “Misericordia quiero, y no sacrificio”. Mateo 9:13. La misericordia es bondadosa, compasiva. La misericordia y el amor de Dios purifican el alma, embellecen el corazón y limpian la vida de egoísmo.

La misericordia es una manifestación del amor divino, y se muestra en los que, identificados con Dios, le sirven reflejando la luz del cielo sobre la senda de sus semejantes.

La condición de muchas personas requiere el ejercicio de la genuina misericordia. Los cristianos, en su trato el uno con el otro, deben ser regidos por principios de misericordia y amor.

Deben utilizar cada oportunidad para ayudar a sus semejantes en desgracia. El deber de todo cristiano está claramente trazado en las palabras: “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando”. “Como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. Lucas 6:37,38, 31. 

Éstos son los principios que haremos bien en fomentar.

Que los que deseen perfeccionar un carácter semejante al de Cristo, mantengan siempre en vista la cruz en la que Cristo murió una muerte cruel para redimir a la humanidad.

 Que siempre alberguen el mismo espíritu misericordioso que llevó al Salvador a hacer un sacrificio infinito por nuestra redención. 

The Signs of the Times, 21 de mayo de 1902. Ver En Lugares Celestiales, 240, 292.  [183]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=lJ08lqBr_mk&list=PLVsLdOIe7sVs6M9Rbo5qmC5KxlSCNC_2b&index=24&pp=gAQBiAQBsAQB