lunes, 31 de julio de 2023

41. “GUARDAR EL SÁBADO COMO UNA FAMILIA”

Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones. Deuteronomio 7:9.

Padres, escudriñen las Escrituras. No sean sólo oidores, sino también hacedores de la Palabra. Cumplan la norma de Dios en la educación de sus hijos.

Que vean que ustedes se están preparando para el sábado durante los días de trabajo de la semana.

Durante los seis días debería hacerse toda la preparación; que la ropa esté lista, y que en el día de la preparación se haya cocinado todo lo que debe cocinarse para el sábado.

Es posible lograr esto; y si se establece como regla, se puede hacer...

Explique a sus hijos lo que hace y su propósito, y haga que se ayuden a sí mismos y a sus padres en su preparación para guardar el sábado de acuerdo con el mandamiento.

Lleve a sus hijos a considerar el sábado una delicia, el día de los días, el día santo del Señor, honorable...

El viernes, la vestimenta de los hijos... debiera haber sido arreglada por las propias manos de ellos bajo la dirección de la madre, de manera que puedan vestirse prontamente, sin confusión ni apresuramiento, ni órdenes precipitadas... Este es el santo día de Dios; el día que puso aparte para conmemorar su obra creadora, un día que bendijo y santificó...

En el sábado, los padres deberían dar todo el tiempo que puedan a sus hijos, haciendo que sea una delicia.

He visto muchas familias donde el padre, la madre y los miembros de más edad de la casa se separan de los niños más chicos y los dejan solos para que se entretengan solos lo mejor que puedan.

Después de unos momentos, los niños se aburren y salen al aire libre y se ocupan en algún juego o alguna clase de diablura.

De esa manera el sábado no tienen ningún significado sagrado para ellos.

Cuando el tiempo es agradable, los padres pueden llevar a sus hijos a dar una caminata por el campo o por el bosque, y hablarles de los árboles elevados, los arbustos y las flores, y enseñarles que Dios es el Hacedor de todas esas cosas.

Enséñenles después las razones para la observancia del sábado, que es para conmemorar las obras creadas por Dios.

Luego de trabajar seis días descansó el séptimo, y bendijo y santificó el día en el que descansó. De esa manera se les puede dar la instrucción más provechosa. Lake Union Herald, 14 de abril de 1909. [154]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=PqTYon1xK90&list=PLVsLdOIe7sVuUZaZ1uR2ftk0UT8XIe3vg&index=26&pp=gAQBiAQBsAQB

 

40. “EL SÁBADO FUE GUARDADO ANTIGUAMENTE, Y ES GUARDADO HOY”

Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. (Apoc. 14:7,12).

El profeta indica cómo sigue la ordenanza que ha sido olvidada: “Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado”. (Isaías 58:12-14).

Santificado por la bendición y el reposo del Creador, el sábado fue guardado por Adán en su inocencia en el santo Edén; por Adán, caído pero arrepentido, después que fuera arrojado de su feliz morada.

Fue guardado por todos los patriarcas, desde Abel hasta el justo Noé, hasta Abraham y hasta Jacob.

 Cuando el pueblo escogido estaba en la esclavitud de Egipto, muchos, en medio de la idolatría imperante, perdieron el conocimiento de la ley de Dios, pero cuando el Señor libró a Israel, proclamó su ley con terrible majestad a la multitud reunida para que todos conocieran su voluntad y le temiesen y obedeciesen para siempre.

Desde aquel día hasta hoy, el conocimiento de la ley de Dios se ha conservado en la tierra, y se ha guardado el sábado del cuarto mandamiento. A pesar de que el “hombre de pecado” logró pisotear el día santo de Dios, hubo, aun en la época de su supremacía, almas fieles escondidas en lugares secretos que supieron honrarlo.

Desde la Reforma hubo en cada generación algunas almas que mantuvieron viva su observancia. Aunque fue a menudo en medio de oprobios y persecuciones, nunca se dejó de rendir testimonio constante al carácter perpetuo de la ley de Dios y a la obligación sagrada del sábado de la creación.

Estas verdades, tal cual están representadas en (Apocalipsis 14), en relación con el “evangelio eterno”, serán lo que distinga a la iglesia de Cristo cuando él aparezca.

Pues, como resultado del triple mensaje, se dice: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.

Y éste es el último mensaje que se ha de dar antes que venga el Señor. Inmediatamente después de su proclamación, el profeta vio al Hijo del Hombre venir en gloria para segar la mies de la tierra. 

El Conflicto de los Siglos, 505, 506. [153]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=-YoNwnVH7V0&list=PLVsLdOIe7sVuUZaZ1uR2ftk0UT8XIe3vg&index=25&pp=gAQBiAQBsAQB

 

domingo, 30 de julio de 2023

39. “HACER EL BIEN EN SÁBADO HONRA EL DÍA”

Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿Cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. (Mateo 12:10-12).

Los espías no se atrevían a contestar a Jesús en presencia de la multitud por temor a meterse en dificultades. Sabían que él había dicho la verdad.

Mientras que aliviarían a un animal por causa de la pérdida que sufriría el dueño si lo descuidaban, estaban dispuestos a dejar sufrir a un ser humano antes que violar sus tradiciones.

Así manifestaban un mayor cuidado por un animal que por la persona, que fue hecha a la imagen de Dios.

(Hoy en pleno siglo 21, hay políticas de estado en naciones llamadas civilizadas y hasta cristianas, que pretenden defender más los derechos de los animales, pero violan impunemente los derechos de los niños (as) inocentes por nacer; con legislaciones ilegales ante toda lógica, razón y el trono de Dios y su ley.

 Los judíos de los tiempos de Jesús, valoraban más a sus animales por cuestiones económicas; en desmedro del ser humano sufriente).

Esto ilustra el resultado de todas las religiones falsas.

Tienen su origen en el deseo del ser humano de exaltarse por encima de Dios, pero llegan a degradar a la humanidad por debajo del nivel de los brutos.

Toda religión que combate la soberanía de Dios, defrauda a la humanidad de la gloria que le fue concedida en la creación, y que ha de serle devuelta en Cristo.

Toda religión falsa enseña a sus adeptos a descuidar las necesidades, los sufrimientos y los derechos de los humanos.

El evangelio concede alto valor a la humanidad como adquisición hecha por la sangre de Cristo, y enseña a considerar con ternura las necesidades y desgracias de la humanidad...

Cuando Jesús preguntó a los fariseos si era lícito hacer bien o mal en sábado, salvar la vida o matar, les hizo confrontar sus propios malos deseos.

Con acerbo odio ellos deseaban matarle mientras él estaba salvando vidas e impartiendo felicidad a muchedumbres.

 ¿Era mejor matar en sábado, según se proponían ellos hacer, que sanar a los afligidos como lo había hecho él?

¿Era más justo tener homicidio en el corazón en el día santo que tener hacia todos un amor que se expresara en hechos de misericordia?

Al sanar al hombre que tenía una mano seca, Jesús condenó la costumbre de los judíos, y dejó al cuarto mandamiento tal cual Dios lo había dado.

“Es lícito hacer el bien en los días de reposo”, declaró. Poniendo a un lado las restricciones sin sentido de los judíos, honró el sábado, mientras que los que se quejaban contra él; deshonraban el día santo de Dios.

El Deseado de Todas las Gentes, 253, 254. [142]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=YbVbE0Efbt4&list=PLVsLdOIe7sVuUZaZ1uR2ftk0UT8XIe3vg&index=14&pp=sAQB

 

38. “LA OBRA DE SALVAR ALMAS EN SÁBADO”

Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? (Mateo 12:3-4).

Si estaba bien que David satisficiese su hambre comiendo el pan que había sido apartado para un uso santo, entonces estaba bien que los discípulos supliesen su necesidad recogiendo granos en las horas sagradas del sábado.

Además, los sacerdotes del templo realizaban en sábado una labor más intensa que en los otros días. En asuntos seculares, la misma labor habría sido pecaminosa; pero la obra de los sacerdotes se hacía en el servicio de Dios. Ellos cumplían los ritos que señalaban el poder redentor de Cristo, y su labor estaba en armonía con el objeto del sábado.

Pero ahora, Cristo mismo había venido. Los discípulos, al hacer la obra de Cristo, estaban sirviendo a Dios y era correcto hacer en sábado lo que era necesario para el cumplimiento de esa obra.

Cristo quería enseñar a sus discípulos y a sus enemigos que el servicio de Dios está antes que cualquier cosa.

El objeto de la obra de Dios en este mundo es la redención de la humanidad; por lo tanto, lo que es necesario hacer en sábado en cumplimiento de esta obra, está de acuerdo con la ley del sábado.

Jesús coronó luego su argumento declarándose “Señor del sábado”; es decir, un Ser por encima de toda duda y de toda ley.

Este Juez infinito absuelve a los discípulos de culpa, apelando a los mismos estatutos que se les acusaba de estar violando...

Otro sábado, al entrar Jesús en una sinagoga, vio allí a un hombre que tenía una mano paralizada. Los fariseos lo vigilaban, deseosos de ver qué iba a hacer.

El Salvador sabía muy bien que al efectuar una curación en sábado, sería considerado como transgresor, pero no vaciló en derribar el muro de las exigencias tradicionales que rodeaban al sábado.

Jesús invitó al enfermo a ponerse de pie, y luego preguntó: “¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla?”

Era una máxima corriente entre los judíos, que al dejar de hacer el bien, cuando había oportunidad, era hacer lo malo; el descuidar de salvar una vida era matar.

Así se enfrentó Jesús con los rabinos en su propio terreno. “Pero ellos callaban. Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de su corazón, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana”. Marcos 3:4,5. El Deseado de Todas las Gentes, 251-253. [141]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=P_AkiV3zDUE&list=PLVsLdOIe7sVuUZaZ1uR2ftk0UT8XIe3vg&index=13&pp=sAQB