Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. (Juan 9:4).
Nunca he sentido más profundamente que ahora la necesidad de
seguir el camino del Señor, y de hacer su voluntad en todo momento.
Ahora es el tiempo de hacer una obra
completa para la eternidad.
Debemos ser humildes y confiados.
Debemos usar cada talento con que Dios nos ha dotado.
Hemos sido bendecidos con la grande y preciosa luz de la
Palabra de Dios, y deberíamos estudiar cómo usar mejor esta luz. Individualmente estamos a prueba y bajo examen.
Dios está esperando ver cómo utilizaremos sus grandes bendiciones.
¿Qué podemos decir para mover a nuestro pueblo a usar
los talentos que se le confiaron para honra y gloria de Dios?
La mayor necesidad del
mundo es el esfuerzo consagrado para la conversión de las almas.
Miles y miles están
pereciendo sin el conocimiento de la verdad... Urgiría a nuestro pueblo a tratar de sujetar todo pensamiento
a Cristo, para que todos sus poderes
puedan emplearse en la obra de salvar almas. Ahora no es hora de dormir. Es tiempo de despertarnos, y velar por las almas como quienes
tienen que dar cuenta.
¿Se levantarán ahora nuestras iglesias, y despertarán ante la situación?
Los representantes de Cristo han de llevar una
carga por las almas.
Cada nación y tribu y lengua y
pueblo ha de escuchar
el último mensaje de misericordia al mundo.
Cuando los miembros de nuestra iglesia logren una mejor
comprensión de la verdad bíblica, se levantarán de soporífero
sueño y estarán listos para dedicar su dinero a la causa de Dios, y para entregarse
en ferviente labor bajo la conducción del Espíritu Santo.
El pueblo de Dios es su
instrumento, señalado para proclamar la verdad en todas partes del mundo.
Cristo nos enseñó
a orar: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también
en la tierra". (Mateo 6:10).
Esto abre delante de
nosotros la altura que hemos de alcanzar por medio del progreso constante y el
avance continuo.
Como miembros de
la iglesia de Cristo, hemos de hacer su voluntad sobre la tierra.
Si todos tratáramos a los
demás como quisiéramos que los demás nos trataran, veríamos
evidencias de un mundo convertido.
El cristiano ha de
edificarse sobre este principio.
Hemos de ascender una
escalera cuya cima alcanza el cielo.
Cada miembro de
iglesia
ha de comprometerse en el servicio
activo
para el Maestro. "¿Por qué
estáis aquí todo el día desocupados?", pregunta. "Id también
vosotros a la viña..." "entre tanto que el día dura; la noche viene,
cuando nadie puede trabajar" (Mateo 20:6, 7; Juan 9:4).
"Vosotros sois mis testigos" (Isaías 43:10),
dice Jehová. ¿Podemos
comprender esto?
En lugar de Cristo hemos de suplicar a los hombres que sean
reconciliados con Dios...
Reconózcalo como su Redentor y llegará a ser uno con El, así como Él es uno con el Padre. -Carta 190, de 1907.
RJ196/EGW/MHP 197
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=MBmh13wkBuA&list=PLtrFh-HO7ogBX3lJ-BVlf4v1fLk5TmqV6&index=9&pp=sAQB
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